lunes, 29 de diciembre de 2014

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Nunca creí en las casualidades. Ahora todo cobra sentido, las piezas del puzle vuelven a encajar. No dude ni un solo momento de que sería para siempre, pero hay algo que falla....la distancia. Siempre la está en el medio. Como me gustaría tenerlas cerca, apoyarlas en todo, estar ahí en las buenas y en las malas... ¿Pero qué más da? Por mucha distancia que nos separe, estaré ahí para ellas, las apoyaré en todo momento, las animaré cuando sea necesario y cuando no. Son y serán siempre unas grandes personas, personas a las que admirar, personas por las cuales daría lo que fuese. Porque después de estar destrozada, sin ganas de vivir, sin alegría, estando encerrada en mi cuarto todo el día, gracias a ellas he podido sonreír. Las conocí por casualidad, pero han ocupado un lugar muy grande en mi corazón y en mi vida. Y solo espero y deseo no perderlas nunca.



LLM

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