Hace tiempo me levante de mi
maldita caída me levante orgullosa de mi misma y de cada una de mis hazañas en
el campo de batalla. Pero ahora, es tan simple y directo que me doy cuenta que
todas las lágrimas expulsadas por estos ojos solo han valido como castigo, como
una simple atracción del destino que se dedica a manosear mis
sentimientos. Si, hoy estoy igual de perdida que ayer, y que antes de ayer, y
que de hace meses. Hoy siento que la lucha no ha servido para absolutamente
nada, solo para aprender fingir que las palabras dolorosas no te importan
aunque cada día se claven un poquito más en tu corazón y se hagan más
molestas. Y es que el dolor no se esfuma simplemente ahora es suministrado en
estas venas como una droga pero en dosis más pequeñas. Porque por mucho
que sea la fuerte sigo llorando para demostrar no que soy débil si no que llevo
siendo fuerte demasiado tiempo. Me puedo hundir pero siempre en el rinconcito
de mi habitación, y puedo gritar y tener mala cara pero
nunca será exteriorizada. Llámame mentirosa o simplemente
cobarde, pero yo no he venido aquí para sentirme tan muerta, ni para no querer
despertar cada día, prefiero fingir estar bien, que estarlo y encima demostrarlo.
LLM
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