Con
el roce de su mano sentí como una pequeña brisa que invadía toda mi cara en
frente del lugar en el cual te podías relajar dentro de aquella ciudad un tanto
estresante. Puede que aquel día no era el mejor dia para desconectar, es mas
ese día no me apetecía hacerlo pero si era con ella, cualquier cosa seria
perfecta. Detrás de nosotros dos, una historia tanto de lagrimas como de sonrisas
y felicidad, y allí volvíamos otra vez después de cada discusión a reflexionar,
siempre juntos y con la certeza en la cabeza de que terminaríamos pidiéndonos
perdón y dándonos uno de esos besos que tanto me gustan, ¿y si esa vez era
diferente?
-¿Que
quieres que te diga?
-Pues
por ejemplo lo siento.
-Pues
lo siento. Mira, sí, lo siento por sentir y por pensar cosas
que ojala nunca pensará ni sintiese, lo siento por no
ser la chica que supero tus expectativas de futuro porque yo para tí
nunca fui perfecta ¿algún día lo seré? pues puede, pero ese día ya no
estaré contigo, para verte cada mañana con el pelo alborotado cuando te
levantas y tampoco te observaré mientras haces esas tortitas tan ricas que
comemos cada mañana con un poco de nata por encima, de esa que siempre se te
olvidaba poner. Lo siento por ser yo con la que se supone que has
desperdiciados tanto el tiempo, pero si te soy sincera para mi han sido los
mejores minutos, horas y días de toda mi vida porque solo con un sonrisa que
salia de tu boca yo era la chica más feliz de la ciudad de Nueva York. Lo
siento también por ser la mujer con la que se supone que ibas a envejecer, y
con la que soñaste tener los niños que corretearían por nuestro salón. Y como
para olvidar la cantidad de veces que me has acompañado de compras, y la otra
cantidad de veces que te enfadas conmigo porque no me decidía que vestido me
quedaba mejor, el negro o el rojo, y entonces tu siempre
me decías que los dos estaban echos para mí y que simplemente
estaba perfecta,y entonces me tiraba a tus brazos y te besaba como si fuera el
último beso de nuestra existencia- Empezó a llorar, y una tras otra
sus lágrimas me hacía sentirme cada vez peor persona- ¿Sabes lo que más
pena me da todo? Que aun así te quiero, aunque tu por mí no sientas
absolutamente nada- Se dio la vuelta y se fue, llorando. Corrí hacía ella como
un loco y la besé.
-¿Que
haces?
-Besarte
¿no lo ves?
-No
quiero más besos tuyos, quiero olvidarme de tí, no quiero que aparezcas más en
mi cabeza porque me has echo demasiado daño como para volver a la andadas de
quererte aun más. No me lo merezco, no te quiero ¿si? Pero ten en tu
cabeza esto siempre: "que cuanto más te diga que te odie, más amor sentiré
por tí"- Y la volví a besar. Esta vez no la soltaré, no volveré a
ser el estúpido que un día la dejo marchar-Te odio...-Y derramó su
última lágrima.
LLM